Permanentemente los Corredores no vemos enfrentado a tener que definir nuestras comisiones frente a los clientes. ¿Qué es lo normal? ¿Qué es lo correcto o ético?
Las comisiones en nuestro mercado son en realidad bajas si las comparamos con otros países, pero si se distorsionan por los operadores y sobre todo si ellas son evaluadas en relación a los servicios que entregan los diferentes Corredores.
La “barrera de entrada” en nuestra actividad es muy baja e irrelevante. Basta para un “Corredor” tener un número de teléfono y $7.000 para pagar un aviso económico y es “Corredor” No siempre el cliente que lo llama sabrá que es el “primer llamado”, que recibe ese “Corredor”: que su conocimiento y experiencia es limitada y lo que es peor, muchas veces la seriedad y solvencia es nula.
El mercado accionario y de seguros transa menores valores que los inmobiliarios y sus Operadores (Corredores), están reglamentados por la Superintendencia e implementan pólizas y boletas de garantía. Los Corredores de propiedades no sólo nadie los supervisa si no que además muchos operan en un mercado informal, sin domicilio conocido, evadiendo impuestos, leyes laborales, etc. con lo cual compiten con deslealtad y malas artes con oficinas constituidas y de bien ganado prestigio.
El Corredor, en nuestro mercado, sigue siendo en su esencia, un profesional que logra llevar a feliz termino una transacción inmobiliaria, poniendo de acuerdo a las partes. Por lo tanto es un Corredor de ambas partes.
Para lograr lo anterior y es aquí donde se producen las diferencias, cada profesional entregará diferentes servicios, herramientas, habilidades, experiencias, etc., las cuales permitirán lograr el éxito en la operación con seriedad y ecuanimidad para las partes.
Dado lo anterior, afirmaciones como “ … no se preocupe yo le doy UF 5.000 liquido para Ud. por su propiedad y yo me pagaré mis honorarios con una pequeña diferencia de precio” o … “ hagamos una escala … mientras mas cara le vendo su propiedad, más comisión me paga Ud.” o …. “ a Ud. sólo le cobro una comisión pequeña por que a la otra parte le cobraré mucho más” Con estos planteamientos el Corredor y/o el Cliente está logrando generar un conflicto de intereses, que en definitiva, van en desmedro de la transparencia de la operación y que sin duda afectará a una de las partes. ¿Es ético y correcto ? Son este tipo de prácticas junto a un servicio no profesional, los que desprestigian y con razón, muchas veces, nuestra querida profesión.
Las comisiones en nuestro mercado son en realidad bajas si las comparamos con otros países, pero si se distorsionan por los operadores y sobre todo si ellas son evaluadas en relación a los servicios que entregan los diferentes Corredores.
La “barrera de entrada” en nuestra actividad es muy baja e irrelevante. Basta para un “Corredor” tener un número de teléfono y $7.000 para pagar un aviso económico y es “Corredor” No siempre el cliente que lo llama sabrá que es el “primer llamado”, que recibe ese “Corredor”: que su conocimiento y experiencia es limitada y lo que es peor, muchas veces la seriedad y solvencia es nula.
El mercado accionario y de seguros transa menores valores que los inmobiliarios y sus Operadores (Corredores), están reglamentados por la Superintendencia e implementan pólizas y boletas de garantía. Los Corredores de propiedades no sólo nadie los supervisa si no que además muchos operan en un mercado informal, sin domicilio conocido, evadiendo impuestos, leyes laborales, etc. con lo cual compiten con deslealtad y malas artes con oficinas constituidas y de bien ganado prestigio.
El Corredor, en nuestro mercado, sigue siendo en su esencia, un profesional que logra llevar a feliz termino una transacción inmobiliaria, poniendo de acuerdo a las partes. Por lo tanto es un Corredor de ambas partes.
Para lograr lo anterior y es aquí donde se producen las diferencias, cada profesional entregará diferentes servicios, herramientas, habilidades, experiencias, etc., las cuales permitirán lograr el éxito en la operación con seriedad y ecuanimidad para las partes.
Dado lo anterior, afirmaciones como “ … no se preocupe yo le doy UF 5.000 liquido para Ud. por su propiedad y yo me pagaré mis honorarios con una pequeña diferencia de precio” o … “ hagamos una escala … mientras mas cara le vendo su propiedad, más comisión me paga Ud.” o …. “ a Ud. sólo le cobro una comisión pequeña por que a la otra parte le cobraré mucho más” Con estos planteamientos el Corredor y/o el Cliente está logrando generar un conflicto de intereses, que en definitiva, van en desmedro de la transparencia de la operación y que sin duda afectará a una de las partes. ¿Es ético y correcto ? Son este tipo de prácticas junto a un servicio no profesional, los que desprestigian y con razón, muchas veces, nuestra querida profesión.
1 comentario:
Don Sergio, completamente de acuerdo con su comentario, lamentablemente, después de más de dos semanas en curso de corretaje, nadie ha mecionado ni enfatizado en la ética del Corredor! Puede que sea parte del problema ya que, en Chile, la ética está muy por debajo de los intereses personales.
Patricio Covarrubias
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